Momentos de ira,
momentos de desconsuelo,
momentos irónicos,
momentos de cólera,
simples momentos que pueden cambiar tu manera de estar,
momentos en los que llegas a odiar,
momentos en los que llegas a detestar.
La susceptibilidad del alma te llega a cambiar,
puede hacer que tu día se vuelva gris,
que las sonrisas se vayan,
que la buena onda se convierta en cólera,
situaciones donde sólo la música te hace calmar,
donde hasta la persona que mas amas te llega a apestar.
Palabras que llegan a herir el alma,
palabras que hacen que te llegues a odiar,
palabras que sólo provocan lágrimas de impotencia,
palabras de un amigo que te llegan a joder el día,
palabras de una amiga que te llegan a enfurecer hasta la demencia.
Mis palabras no tienen rimas,
no tienen parámetros,
son palabras al estilo libre,
no me importa si ocasiono dolor con estas,
perdón pero es la única manera de desahogar mi alma,
es la única manera en la que grito en mi silencio,
es mejor escribir que gritar las cosas a la cara.
Nada cuesta respetar mi desahogo,
no es difícil no decir nada,
no es difícil apoyar mis piernas cuando me desmorono,
nadie sabe mis adentros,
esos adentros que se están pudriendo,
esos adentros que buscan consuelo,
esos adentros que con tus palabras la matas.
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